Con los consumidores sobre expuestos e híper-estimulados con impactos publicitarios (pueden llegar a recibir cada día más de 3.000 mensajes comerciales) y que rechazan la publicidad intrusiva volviéndose cada vez más racionales y exigentes en sus decisiones de compra, es fundamental escoger el momento oportuno para impactarles, así como la mejor forma de comunicarnos con ellos, tanto para cumplir con los objetivos de comunicación como para optimizar la inversión publicitaria; esta es la clave del éxito.
La publicidad en el punto de venta ofrece un importante retorno de la inversión (ROI), tanto si se mide en ventas como en notoriedad. A través de las campañas publicitarias se genera una mayor visibilidad de la marca y/o producto, se fidelizan y se captan nuevos clientes y se presentan cualidades del producto o servicio de manera directa.
Más allá de la venta inmediata, los anuncios buscan atraer nuestra atención con una comunicación no intrusiva que nos permita descubrir, visualizar y probar los productos.
Los puntos de venta, de cualquier tipología, se conciben cada vez más como grandes showrooms o escaparates.
Son un lugar clave para la decisión de compra. Aunque las adquisiciones online ganan terreno y forman parte de la estrategia cada vez más omnicanal y digital de las marcas, aún el 82% de las decisiones se producen en la tienda.
El punto de venta es el lugar donde los consumidores conocen el 79% de las innovaciones de productos, el doble que en otros medios como la televisión o internet.
La tienda física sigue siendo, por tanto, el entorno más receptivo y el menos saturado.
Tras recientes estudios realizados sabemos que la publicidad en el punto de venta logra, de media:
- Un +17% de incremento de las ventas.
- Un +44% de aumento de la intención de compra
- Un +54% más de top of mind -marca o producto que surge primero en la mente del consumidor
- Un +22% de incremento del spontaneous awareness -conciencia espontánea de la marca por parte del consumidor.